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Textos

“Secret Levels: Entrevista con Mauro Pesce”, por Marcos Dittborn

Texto para la exposición Secret Levels. Galería Pax, Santiago de Chile, julio de 2010.

Marcos Dittborn: Tu pintura me retrotrae hacia una suerte de microchip de escasa capacidad de almacenamiento de memoria.

Mauro Pesce: Te agradezco que te refieras a mi obra como pintura. Una de las paradojas de las prácticas artísticas contemporáneas tiene que ver con que, a pesar de los diversos medios existentes, siempre de una u otra manera apelamos a ese calificativo fundante, del cual uno como artista siente un profundo orgullo. La metáfora del microchip tiene relación con que las limitaciones de la tecnología de avanzada de videoconsolas y computadores de décadas pasadas, son hoy un motivo para el arte.

MD: La paradoja de esta práctica radica en que la era digital contemporánea, como soporte artístico, vuelve hacia su propio pasado.

MP: Exactamente. El dispositivo que utilizo para desarrollar las obras es también parte de su discurso. Soporte y motivo, finalmente, se transforman en uno. No me gustaría, sin embargo, reducir mi trabajo a esa problemática. Sigamos.

MD: La intensidad de colores y su transformación en tu pintura, me retrotraen a tiempos aún más lejanos. Me refiero a lo que hoy llaman bordado, práctica nacida en el siglo XVI.

MP: Así es, la artesanía textil podría explicar en cierta forma mi proceder frente al arte. Esta suerte de puntillismo digital desde el cual trabajo, remite a esa manualidad de la técnica a la cual te refieres. Trabajo a partir de la menor unidad de color. No es el píxel sino el punto pictórico, o bien desde tu segunda metáfora, el punto de costura, el modo de construcción de la forma. La cuadrícula, por su parte, me auxilia en la generación de escenas que remiten tanto a fotografías seleccionadas como a imaginarios propios, figurativos y abstractos.

MD: ¿Qué intentas citar en aquella selección de material fotográfico?

MP: Al indagar en mi banco de fotografías recolectadas, busco aquellas que me evocan una escena videográfica. En ese momento las retrato y las fijo en el tiempo, como si fuera el momento cúlmine de un filme o videojuego.

MD: Pero tus pinturas, en esencia, no se limitan exclusivamente a ese gesto arqueológico.

MP: Para nada, y entre nosotros, es más bien algo marginal. El motivo arquitectónico es también un recurso utilizado en mis trabajos. Los trazos diagonales van marcando profundidad y dan perspectiva a la escena que intento retratar. Lo mismo con esas abstracciones coloridas que ves. Mi obra no se limita a un carácter formal único. Pero por sobre todo aquello, lo que me ha mantenido en vela, es la búsqueda de lo que yo llamo ‘escenarios sintéticos’.

MD: ¿Escenarios sintéticos?

MP: Si has observado bien, mi obra busca el simulacro. Busca representar algo, fingiendo o imitando lo que no es. Esta simulación la construyo a partir de una visualidad de lo sintético. ¿Me entiendes?

MD: Creo haberte entendido; tu trabajo busca retratar ambientes que evoquen texturas y situaciones relativas a una síntesis, es decir, que no provengan de la naturaleza. El que los llames ‘escenarios’ se relaciona con la intención de darle una plataforma a la composición de tus pinturas, como si éstas estuvieran retratando un montaje teatral.

MP: Así es. Los escenarios sintéticos son justamente montajes que dan vida a los simulacros, a esa realidad artificial que se produce en cada trabajo. Es un gesto de mímesis, cuya ficción puede llevarnos a niveles secretos.

MD: O secret levels.